Los clientes de correo electrónico actuales no sólo se conforman con dar soporte para el envío y la recepción de e-mails, veamos qué más ofrecen
En verano de 1971 Ray Tomlinson formaba parte de un pequeño grupo de programadores que trabajaban en el sistema de tiempo compartido Tenex. Hacía apenas un par de años que Arpanet había sido desarrollada y no había un concepto formal de correo electrónico.
Esa necesidad de enviar mensajes entre redes fue lo que llevó a Tomlinson a aplicar el símbolo @ para diferenciar al usuario del dominio o red en el que se encontraba y, con ello, fue el responsable de la creación de las direcciones de correo electrónico y de este medio de comunicación.
No obstante, la mayoría de los mortales aún tardaríamos años en ver sus aplicaciones prácticas. De hecho, Internet no entró de lleno en nuestras vidas hasta finales de los 90 y hoy en día nadie concibe no disponer de una cuenta de correo.
Los primeros clientes que se encargaban de gestionar los mensajes de correo no aspiraban más que a recibir y enviar correos y, como mucho, reenviarlos, que eran las tareas necesarias. De hecho, el concepto de elementos adjuntos tampoco se manejó inicialmente. Si había que enviar algún fichero, se codificaba con utilidades como UUEncode para luego decodificarlo con la utilidad contraria, UUDecode, durante la recepción.
Pronto aquello no fue suficiente y los clientes tuvieron que lidiar con necesidades y usuarios cada vez más ambiciosos. Más tarde llegarían los clientes de correo a través de Internet, los llamados servicios webmail, que tienen la ventaja de que podemos controlar nuestros mensajes desde cualquier parte del mundo siempre que contemos con algún dispositivo con conexión a Internet.
Más allá del correo
Los clientes pronto fueron creciendo en prestaciones y hoy encontramos aplicaciones que van mucho más allá de lo que podríamos haber imaginado hace unos años. La interfaz de usuario y la forma de trabajar con el correo, sorprendentemente, no han sufrido apenas cambios.
La mayoría de programas muestran un esquema con dos o tres paneles : uno en el que se ven los buzones (entrada, salida, enviados, borradores…), otro con los mensajes de cada carpeta y, en muchos casos, un tercer panel donde se previsualiza el contenido del mensaje marcado.
Esa interfaz funciona; aun así, Google impuso su propio paradigma en el terreno de los servicios de correo electrónico con la creación de Gmail, un cliente webmail diferente tanto en forma como en fondo. La agrupación de mensajes en forma de conversaciones hace mucho más natural enlazar varios hilos y contestaciones a un mismo tema, mientras que, en los clientes convencionales, la navegación por los mensajes resulta más confusa.
No todos pueden acostumbrarse a Gmail y, de hecho, son pocos los servicios y aplicaciones que varían la forma de trabajo del tradicional, pero las diferencias existen y permiten a cada usuario elegir según sus necesidades.
Como decíamos, esas demandas van ahora más allá del correo electrónico y muchos usuarios no sólo quieren recibir y enviar mensajes sino cifrarlos o leer sus feeds RSS a través del cliente de correo. El soporte de mensajes con contenido HTML es crítico para los usuarios, ya que gran parte de los mensajes con contenidos ricos se envían en este formato, pero también ha impuesto ciertos requisitos y riesgos a los clientes.
La seguridad, al frente
Esas prestaciones han hecho que aparezcan otras amenazas. El correo electrónico se ha convertido en uno de los medios más extendidos para recibir todo tipo de vius, troyanos, gusanos y phishing, pero el rey es el correo basura que se propaga como la peste.
Se estima que se envían nada menos que 100.000 millones de correos basura cada día, lo que explica que nuestras cuentas se vean colapsadas por decenas de mensajes inservibles y que pueden presentar una amenaza.
Afortunadamente, los clientes actuales disponen de todo tipo de sistemas para tratar de luchar, al menos en parte, contra el problema. Los filtros antispam y antiphishing son una realidad, pero, además, algunos cuentan con un análisis de los elementos adjuntos que puedan incluir mediante clientes antivirus adaptados al correo electrónico.
Estas medidas reducen los riesgos, aunque es evidente que la última barrera la debe poner el usuario, que debe tratar de cuidar y «mimar» su buzón de correo para que este problema no se haga insostenible.
Clientes a examen
En las siguientes líneas encontraréis 12 propuestas para organizar el correo electrónico. Seis de ellas están centradas en aplicaciones tradicionales que instalamos en el PC o portátil, mientras que otras seis son clientes webmail destinados a utilizarse a través de un navegador y de un equipo con conexión a Internet.
Es obvio que estos dos grandes grupos pueden satisfacer los requisitos de casi todos los usuarios, sobre todo si las combinamos con sabiduría, de modo que esperamos que encontréis una respuesta válida a vuestras necesidades al respecto.
E-mail en Mac OS X y Linux
Varias de las aplicaciones analizadas disponen de versiones para Linux y Mac OS X; mientras que los servicios webmail son independientes de la plataforma. No obstante, tanto Mac OS X como Linux cuentan con sus propias alternativas.
Apple ha impulsado con éxito el uso de su cliente Mail (también conocido como Mail.app o Apple Mail), que ya va por la versión 3. Llegó con Leopard, y presenta soporte de RSS, además de la inclusión de notas y listas de tareas. Microsoft Entourage, una especie de Outlook para Mac, no ha tenido tanto éxito y, aunque hay otras alternativas (como Thunderbird), en Mac OS X, Mail es protagonista absoluta.
Algo parecido ocurre en Linux, donde el panorama es más difuso a excepción de Evolution, un cliente groupware que rivaliza en prestaciones con Outlook 2007. No obstante, hay más ofertas, como KMail (el cliente integrado en el entorno de escritorio KDE), Balsa (su contrapartida en GNOME) y los clientes legendarios en modo texto, como Pine, Mutt o Elm.
Sus carencias
Como comprobaréis en las conclusiones de la comparativa, ninguno de los clientes actuales, ya sean de escritorio o webmail, se acercan a la perfección. De hecho, ni siquiera combinando todas las opciones llegaríamos a disponer de un cliente todoterreno. Algunas de las mejoras que serían deseables para este tipo de aplicaciones son factibles, mientras que otras son más complejas.
Nuestra lista de deseos incluiría deshacer el envío. ¿Cuántas veces habéis enviado un e-mail y os habéis arrepentido? ¿No sería fantástico recuperarlo antes de que llegase a su destinatario?
Otra sería la de responder a ciertas partes de un mensaje. Esta característica, de la que ya disponen algunos clientes (como Apple Mail o el futuro Thunderbird 3) permite seleccionar un párrafo y responder directamente a este segmento. Y otro los filtros basados en el idioma, muy útil en la lucha contra el spam para los usuarios de habla hispana.
Un recordatorio a la hora de adjuntar archivos también es buena idea. Sería fantástico que antes de enviar el mensaje, nos recordara adjuntar, si el cliente detecta ese tipo de palabras. De hecho, es posible lograrlo con un script de GreaseMonkey en Gmail.
Por último, proponemos retrasar la lectura en lugar de que el cliente de correo nos avise instantáneamente de que llegan nuevos mensajes, podríamos establecer ciertos rangos de tiempos en los que bloquearíamos la entrada de mensajes. Aunque podemos hacerlo si cerramos el cliente, sería útil hacerlo con el programa funcionando.
Clientes de correo de escritorio analizados
* Microsoft Outlook 2007
* Microsoft Windows Mail
* Mozilla Thunderbird 2
* Opera Mail 9.52
* Qualcomm Eudora 8.0.0b3
* RTILabs The Bat! 4.0
Clientes de correo webmail analizados
* Gmail
* Hushmail
* Windows Live Hotmail
* Yahoo! Mail
* Zimbra Mail
* Zoho Mail
La opinión de PC Actual: mucho camino por recorrer
La realización de esta comparativa nos ha dejado una sensación sorprendente: cuando uno usa un cliente de correo determinado realmente no se da cuenta de lo que pueden llegar a ofrecer otras alternativas y eso hace que, al comparar unas con otras, nos hayamos dado cuenta de las carencias de todos estos sistemas, así como de sus virtudes.
Tanto en el terreno de los clientes de escritorio como en el de los servicios webmail, lo cierto es que los usuarios podrán disfrutar de una buena cantidad de posibles soluciones para sus necesidades, pero ninguna de ellas parece definitiva.
Donde una falla, aparece otra que resuelve esa deficiencia, pero a la vez presenta sus propias barreras. Existen desarrollos destacados en ambos casos, aunque ni siquiera éstos cumplen con todo lo que un usuario podría desear a la vista de esos pequeños extras que sí ofrecen sus competidores.
Outlook, el mejor entre los clientes de escritorio
La oferta de Microsoft, Outlook 2007, es claramente la más destacada entre sus competidoras; pero, al mismo tiempo, es la única de la comparativa que no está disponible gratuitamente. Su inclusión en la suite ofimática Office 2007 hace indispensable comprar todo el paquete para usar este cliente groupware que pone casi todo al alcance de nuestra mano.
Ese es el mayor obstáculo de un cliente que ofrece al usuario un entorno de trabajo excelente y al que ya muchos estamos acostumbrados gracias al uso de una interfaz y un paradigma de usuario muy trillado.
Si queremos ir a una alternativa gratuita, Thunderbird parece la opción más clara, aunque este desarrollo aún tiene que crecer mucho para convertirse en una amenaza real a la solución de Microsoft. Esta aplicación está a caballo entre el antiguo Outlook Express y el cliente Outlook 2007, pero la comunidad Open Source debería ser capaz de lograr muchos avances en este terreno, como ya ha demostrado el cliente Evolution que sí está presente en el mundo Linux.
La sorpresa de la comparativa es The Bat!, un cliente cuya interfaz es su mayor handicap pero que, salvo por ese detalle, proporciona casi todo lo que un usuario podría desear, incluido (atención) el cifrado de mensajes mediante OpenPGP.
Por detrás de estos tres, están Opera Mail (una propuesta muy interesante integrada en el navegador Opera), además de Windows Mail y el legendario Eudora. Mientras que el cliente gratuito de Microsoft es un desarrollo sin ambición y demasiado limitado, Eudora es una propuesta interesante que puede seguir dando guerra, con sus deficiencias, durante bastante tiempo.
Clientes webmail, dos concepciones distintas
En el terreno de los servicios de correo basados en clientes on-line tenemos dos grandes grupos. De hecho, todos menos uno entrarían dentro del grupo «Outlook», que nos presenta una interfaz web idéntica a la de los clientes de escritorio: tres paneles con carpetas, mensajes y previsualización, que recuerdan a la forma de trabajar con un cliente convencional y ofrecen algunas de sus prestaciones.
Totalmente distinto es Gmail, un servicio que desde su creación ha ofrecido una visión distinta de cómo trabajar con el correo. Los que se acostumbran a dicha forma de trabajo se dan cuenta de que es más natural, aunque no por ello sea perfecto: incluso Gmail tiene sus límites y, de hecho, son muchos los apartados que se podrían mejorar. Con todo y con eso, resulta un cliente webmail con una potencia y posibilidades asombrosas.
Yahoo! Mail es la clara referencia en el primer grupo citado, y sus prestaciones son notables aunque, en algunos casos, la empresa trate de atraer a los clientes al servicio Plus de pago, que corrige algunas limitaciones de la versión gratuita.
Muy por detrás se sitúan el resto de alternativas, con una mención especial para Hushmail, que, a pesar de sus limitaciones, exhibe excelentes prestaciones para usuarios preocupados específicamente por la seguridad. Zoho y Zimbra son propuestas valientes pero poco populares, mientras que Windows Live Hotmail es sólo un lavado de cara de un servicio que, a pesar de su gran base de usuarios, sigue sin convencernos.
Lo mejor: Alternativas para todos los gustos
Y muchas de ellas se pueden ajustar a las necesidades de cualquier usuario. El soporte de cifrado en algunos clientes y la gran capacidad de los servicios webmail, así como el uso de AJAX ofrecen una apuesta interesante por estas soluciones en lugar de los clientes tradicionales.
Lo peor: No existe la perfección
Pero en los clientes de correo esto se hace más patente: donde unos fallan otros aportan esa mejora, pero a la vez presentan sus propias debilidades. La existencia de servicios de pago no justifica a menudo ese coste adicional por los extras obtenidos, así que recomendamos que, a no ser que se trate de casos muy específicos, el usuario opte por soluciones gratuitas.
Fuente: pc-actual